God save the Queen
En varias ocasiones, la Biblia describe la apariencia de Dios semejante a la de un hombre. Estos casos no deben ser entendidos como descripciones exactas de la apariencia de Dios, sino más bien, la manera en que Dios se revela a Sí mismo a nosotros, a fin de que podamos entenderla. La apariencia de Dios está más allá de nuestra capacidad de entendimiento y descripción. Dios nos da destellos de Su apariencia cuando nos enseña verdades acerca de Él, no necesariamente para que podamos hacernos una imagen de Él en nuestra mente. Dos pasajes que describen poderosamente la asombrosa apariencia de Dios están en Ezequiel 1:26-28 y Apocalipsis 1:14-16.